El primer axioma de la Comunicación es que es imposible no comunicar. Siempre existe, el silencio es comunicación. Lo mismo ocurre, por tanto, en la comunicación familiar.
Los problemas comunicativos en la familia, es un tema recurrente, con exposiciones tales como tengo conflictos con mi hijo adolescente o mi hija tiene dificultades. El escollo nace de la interacción entre las personas y la solución se encuentra en la Comunicación, no proviene del niño o del adolescente, sino del intercambio de información que se origina en una la relación. De qué manera nos influimos unos a otros en el intercambio.
Paul Watzlawick (filósofo, referente de la Terapia Familiar y Sistémica), la teoría de la comunicación humana. Autor, entre otras muchas obras de referencia, de «No es posible, no comunicar»
Es importante tener en cuenta que si una de las personas cambia, lo hace también el conjunto (Teoría General de Sistemas de Bertalanffy), la interacción entre cada uno de los miembros de un sistema, determina la relación y cómo se comportan el resto de las partes. Un sistema puede ser un grupo, como el conjunto de la familiar, una díada ( ej. madre-hijo), la pareja, los hermanos, etc., que constituyen a su vez los subsistemas.
La Comunicación familiar es un tema transversal en la vida de las personas, nos relacionamos a través de ella con otros individuos y con nosotros mismos de forma continua. No es tan solo transmitir un mensaje, sino cómo lo hacemos y eso determina, en muchas ocasiones, el significado de nuestra acción.
Nos ayuda en nuestra intención consciente de influir en los demás; el modo en que yo digo las cosas, determinará de forma significativa, que se realice, en mayor o menor medida, lo que yo deseo.
En la relación de enseñar, si no soy capaz como padre o madre de comunicar lo que pretendo, mis hijos no recibirán el mensaje, por lo que, no podré educar. Debemos modificar nosotros, la forma en que expresamos las cosas para que cambie el otro.
La Comunicación es bidireccional y cada vez que lo actúo emitiendo un mensaje, percibo un feedback, recibiendo otro. Este intercambio me indica si el receptor lo ha recibido, lo entiende y en función de esta información, yo puedo modificar mi canal comunicativo para obtener mi finalidad.
Porque todo se centra en tener objetivos, qué quiero que reciba mi hijo, cuál es el mensaje, qué deseo conseguir, la respuesta es una comunicación compartida entre ambos. Si aspiro a que sea más…. La pregunta es qué debo hacer para…. Tengo que modificar la forma en que expreso mi mensaje.
El sentimiento con el que decimos las cosas, el modo, es más importante que lo que verbalizamos, este determinará el cómo. Se trata de crear un ambiente favorecedor de confianza y cercanía. Difundiendo empatía e interés, actitudes comprensivas y respetuosas, en vez de decepción.
Es crucial transmitir que están de su lado y la intención de resolver “un conflicto” desde la colaboración de ambos, sin rivalidad. Dejar atrás los sermones, juicios, críticas, amenazas, obstáculos en la comunicación y generadores de daños en las relaciones afectivas entre padres e hijos.
Es recomendable practicar una escucha activa sin prejuicios, cuidar la comunicación no verbal, el tono de voz, hablar desde lo que sentimos. Sin ignorar, que se transmiten valores, actitudes, aptitudes, formas de actuación y de relación, entre otras cosas.
Recuerden que se aprende más de lo que se ve, es decir, de cómo se perciben e interpretan las acciones, que de lo que se oye.
En definitiva, la comunicación familiar, es un elemento clave para vincularnos con las personas, fundamento de toda actividad humana. Transmite protección, seguridad, afecto y entendimiento.
Desde la familia, es conveniente reflexionar y trabajar en este tema, con el propósito de fortalecer las relaciones, resolver conflictos en colaboración y de forma asertiva. Crear un clima de diálogo y comunicación compartida para el bienestar familiar, es esencial.
Aprender con Amor Enseñar con Amor
ARANCHA FDEZ.-CAVADA PUENTES
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